Entradas

Mostrando entradas de agosto, 2014

Los geranios, Ana Solari

Imagen
El final de un mundo   Alicia Torres, en la contraportada de Los geranios , el último libro de Ana Solari, sostiene que “después de la contundencia de El señor Fischer (…) todo podía parecer banal. Tal vez por eso, en Los geranios , [Solari] decidió indagar un realismo sucio que recuerda al de su primer libro”. Este reseñista admite no haber leído El señor Fischer , por lo que estas líneas no intentarán concordar ni disentir con Alicia Torres; sin embargo, sí es interesante el término “banal”, que resuena bastante bien con una lectura posible, una lectura primera de Los geranios , libro, si se quiere, bastante banal .    ¿En qué sentido? Bueno, la anécdota es simple, casi diríamos inane, y los personajes son como mínimo esquemáticos, caricaturescos o, mejor, lugares comunes. La protagonista es una mujer miserable y poco inteligente que es descrita como una “rebelde” (también en la contraportada de Alicia Torres) pero cuya rebeldía es más bien tonta, su madre está seni

Aurora lunar, Ercole Lissardi; El increíble Springer, Damián González Bertolino; Adiós Diomedes, Leandro Delgado

Imagen
Adiós, aurora increíble Hace casi dos años la editorial HUM propuso una mesa redonda que pretendía explorar un “nuevo canon” de la literatura uruguaya. Los autores implicados eran Felipe Polleri, Ercole Lissardi, Gustavo Espinosa y Roberto Echavarren, y como los cuatro venían siendo publicados por HUM había, se dijo por ahí, algo de humorada en la propuesta. Pero también cabía tomárselo en serio, o al menos lo suficientemente en serio como para usar esa coincidencia de cuatro escrituras tan diferentes como pretexto para ponerse a pensar en una nueva literatura uruguaya y un nuevo canon.    Está claro que una manera de reformatear la escena literaria –o de reescribir el canon– pasa por operar en restrospectiva. Así, reeditar ciertos libros relativamente inconseguibles o más o menos olvidados –o que pasaron más o menos desapercibidos en su momento– se vuelve una afirmación cargada de sentido, como si se estuviera interviniendo en la historia, modificándola.    Por esta

Encantado, Amir Hamed

Imagen
Genealogía del conde   En el prólogo a su ensayo La pasión erótica, Ercole Lissardi califica su exploración de lo que él llama el “paradigma fáunico” (una serie de temas vinculados a la representación del deseo y la sexualidad en Occidente) de “fantasía cultural”, y añade que por el término fantasía entiende, en el sentido músical, “una pieza breve, imaginativa y virtuosista”, al que añade una “dimensión utilitaria”.    Esta noción de Lissardi, me parece, resulta de especial utilidad a la hora de armar una lectura posible de Encantado, el más reciente libro de Amir Hamed.    Que Hamed y Lissardi comparten cierta sensibilidad literaria no es secreto: hay por ahí un diálogo en contraportadas y también alguna mención a la nouvelle Semidiós en el contexto de la ficción de Lissardi (de hecho una suerte de leyenda urbana señala que cuando nadie conocía el nombre “real” detrás del pseudónimo “Ercole Lissardi” alguien arriesgó la hipótesis de que el verdadero autor de Au

Lionel Asbo El estado de Inglaterra, Martin Amis

Imagen
Perros y diamantes Hace unos meses, en su reseña para la revista Interruptor de Lionel Asbo el estado de Inglaterra, de Martin Amis, Amir Hamed llamó la atención sobre la referencia, en el libro en cuestión, a la comercialización de madera proveniente de las “selvas del Uruguay”.     El dislate –en tanto Amis vivió en Uruguay no pocos años– cabría ser leído en clave irónica o juguetona o, como señala Hamed, se puede pensar que responde a “una acrobática contorsión del discurso, por el cual la responsabilidad del habla haya sido transferida, en un muy disimulado discurso indirecto, del narrador en tercera persona al protagonista, un marginal llamado a la celebridad”.   La hipótesis rinde, o rendiría, pero en rigor las “selvas uruguayas” remiten también a otra posible ironía o ignorancia, que acaso cancela la de Amis, en tanto en inglés el fragmento en cuestión habla de “half a dozen forests’ worth of Uruguayan timber”, que podría traducirse un poco descuidadament