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Mostrando entradas de enero, 2017

Muerte por videojuego, Simon Parkin

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Marcianitos asesinos   El 31 de enero de 2012 Cheng Rong-Yu se sentó ante una computadora en un cibercafé de Taipéi para jugar a un videojuego online. Así pasó veintitrés horas, intercalando con el juego momentos en que, tras poner en pausa su desarrollo, dormía algunos minutos frente al monitor. Pero eventualmente una de esas siestas brevísimas se demoró un poco más. Y más, y más, hasta que, (recién) nueve horas más tarde, un empleado del cibercafé se propuso despertarlo. Pero Cheng Rong-Yu había muerto.   Simon Parkin, uno de los reseñistas de videojuegos más importantes del mundo anglosajón, arranca su libro Muerte por videojuego con la historia del taiwanés. Y aporta también otros tantos relatos de muertes ante la pantalla de un juego: hay muchos casos recientes de gamers asiáticos –más adelante en el libro Parkin se refiere a las condiciones sanitarias de los cibers de Hong Kong y Pekín– que colapsan tras sesiones maratónicas de Starcraft, y también, a modo...

Mujer bajando una escalera, Bernard Schlink

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El cuadro, su pintor, el millonario, la mujer y su amante Hasta más o menos la mitad, lo más interesante de Mujer bajando la escalera (en alemán Die Frau auf der Treppe, de 2014) , la última novela de Bernhard Schlink (Bielefeld, Alemania, 1944), es la estupidez de su narrador y protagonista; después (evidentemente no voy a dar detalles de cómo y por qué, para no spoilear ), en el tramo final del libro, ese interés migra hacia la voz de Irene, el personaje femenino central. En tanto esquema parece sencillo: primero importa la manera estúpida e infantil de mirar el mundo que tiene el narrador/protagonista y después, ya cuando es dable cansarse de esas tonterías, logramos que hable el único personaje realmente interesante del libro.   Ese personaje es la mujer desnuda a la que alude el título. El cuadro en cuestión pertenece a un artista ficticio (aunque es, a su vez, un guiño tanto a Desnudo bajando una escalera, nº2, de Marcel Duchamp, como a Ema: Desnudo en una ...