Los hermanos Vonnegut: Ciencia y ficción en la casa de la magia, Ginger Strand

 La relación de Kurt Vonnegut con la ciencia ficción no fue sencilla, y se podría caracterizarla de “errática”; en algunas ocasiones parecía dispuesto a aceptar que su literatura guardaba alguna relación con el género, en otras más bien rechazaba la etiqueta y, aquí y allá, memorablemente, nos dio las historias de Kilgore Trout, ese magnífico escritor cienciaficcionero inspirado en el enorme Theodore Sturgeon. Es un hecho, a la vez, que no pocas de las novelas de Kurt Vonnegut Jr. han dejado su estela en el mundo de la ciencia ficción; quizá el caso sea más evidente todavía en español, ya que Galápagos y Las sirenas de Titán, dos de los libros con más ciencia ficción de Vonegut, fueron publicados por Minotauro, la editorial más influyente en relación al potencial literario de la ciencia ficción en nuestra lengua.

En cierto sentido, Los hermanos Vonnegut: Ciencia y ficción en la casa de la magia intenta resolver esa paradoja. Vonnegut, entendemos de sus páginas, siempre se sintió atraído hacia el mundo de la ciencia y los dilemas morales que suscita la tecnología, cosa que lo movió a hacerse, al modo de la ficción especulativa, esas preguntas incómodas que muchos científicos prefieren esquivar. Sin convertirse en una biografía completa (porque refiere sólo a lo que podríamos llamar los años de aprendizaje), el libro de Ginger Strand lee a Vonnegut en modo humanista, y lo presenta como un convencido de que la tecnología y la ciencia se dan en términos de una alteridad fundamental a lo humano y, por tanto, se convierten en una fuente de alienación al ser adoradas indiscriminadamente. Strand empatiza y simpatiza con esta visión, e intenta contagiarla al lector, pero aquí y allá su exposición roza el clisé o la caricatura del humanismo más ingenuo y simplón.

El otro lado de la historia es la carrera de Bernard, hermano mayor del escritor y científico brillante, pero en general, más que como un contrapunto, su historia se resuelve a la manera de acordes de fondo para la exploración de la melodía de Kurt. Si bien ese podría entenderse como uno de los defectos del libro, y quizá el principal, lo cierto es que esta biografía se lee con placer y sin mayor esfuerzo, y resulta especialmente recomendable para quienes recién empiezan a acercarse al autor de Matadero cinco.


Publicada en El País Cultural el 9 de enero de 2022


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