Canada, Richard Ford
Misterios del padre Es un lugar común quejarse de las traducciones que publica la editorial Anagrama (en este sentido el top 5 de las quejas incluye sin duda alguna en su primer lugar a la traducción de Trainspotting… justa o injustamente, habría que pensarlo bien), pero en el caso de Canadá, la última novela de Richard Ford, está claro que la tarea del traductor no estaba llamada a ser lo que se dice fácil ni su resultado plenamente satisfactorio. Basta con leer algunas páginas del original en inglés para entender por qué: la prosa de Ford fascina por su elegancia, su cuidado y su increíble poder evocativo, tanto que incluso un traductor competente –como sin duda lo es quien firma la edición de Anagrama– ha de vérselas en figurillas para lograr algo más que una sombra o un remedo en sordina del esplendor original. Lo curioso (o inevitable dada la potencia de la escritura de Ford) es que, pese a este digamos hándicap, los lectores de Canadá sin lugar a dudas experimenta