Diaspar, Roberto Bayeto, Víctor Raggio, Claudio Pastrana, Allan Cole y otros
A la
décima potencia
Aparentemente a las revistas de ciencia
ficción no les va del todo bien en Hispanoamérica. O, al menos, parece que su
vida no es especialmente fácil. En el editorial del primer número de la Asimov’s española (armada a partir de la
original estadounidense, que viene siendo publicada desde 1977 y que
actualmente –sin encontrarse en su mejor momento– lanza una tirada de
aproximadamente 22.000 ejemplares), por ejemplo, el editor Domingo Santos
repasa las diversas encarnaciones de la publicación y nos cuenta que ninguna de
ellas rebasó la frontera de los 15 números (alcanzada por la entrañable edición
de Novaro, que todavía se encuentra en librerías de viejo montevideanas); es
cierto que, entre 1968 y 1983 el propio Santos dirigió los 148 números de Nueva Dimensión, para muchos la
publicación del género más importante en lengua hispana, pero es difícil
encontrar otra publicación tan longeva, al menos en papel. De hecho, El péndulo, la principal competidora de Nueva Dimensión a la hora de pensar en
la revista más influyente o de mejor calidad, no pasó de los diecinueve ejemplares
sumando los de su primera (1979), segunda (1981-1982) y tercera (1986-1987)
época. También cabría recordar los 6 números de la revista Parsec, los 12 del fanzine Sinergia
y, especialmente, los 52 de Cuásar, publicación
que ha logrado salir adelante a lo largo de 25 años y sin una periodicidad
estricta.
En Uruguay el panorama es aún más desalentador.
Trántor, el primer fanzine dedicado
al género, apareció en 1986 y no vio un segundo número. Poco después el equipo
editor se escindió en dos grupos, y el dirigido por el escritor Roberto Bayeto –que
posteriormente se convertiría en el Movimiento Uruguayo de Ciencia Ficción y
Fantasy– lanzó en 1989 la primera revista uruguaya de ciencia ficción
propiamente dicha, Diaspar, nombre
tomado del clásico La ciudad y las
estrellas, de Arthur Clarke. El segundo grupo lanzaría Smog, una publicación menos militante de ciencia ficción y más
orientada hacia lo “fantástico”, que alcanzó apenas dos números.
En cuanto a Diaspar, su segundo número se hizo esperar hasta 1995, año en que
apareció también el tercero y (hasta la fecha) último de su vida en papel. Recién
en 2011 apareció el número cuatro, esta vez en formato digital y para descarga
gratuita, y desde entonces la revista ha conquistado cierta periodicidad. Hace
pocos días, de hecho, fue puesto en circulación el número diez, que reúne a
buena parte del personal que produjo los números uno y dos, incluyendo a Bayeto
(editor además de e-books del género bajo el sello E-diciones Flying Source), al dibujante Zalozábal, a los escritores
Claudio Pastrana (quien alcanzó gran notoriedad durante 2013 gracias a su propuesta
de reducir el sueldo de los legisladores a tres salarios mínimos) y Pablo
Rodríguez, y al conocedor del género y articulista Víctor Raggio, quien,
además, fue editor responsable en 2003 de la revista Días Extraños (con también apenas dos números), que publicó artículos y relatos vinculados a la ciencia ficción.
La nueva Diaspar digital se puede descargar en formato pdf y está pensada
para ser leída en PC o en tablets. De los últimos 6 números cabe destacar la
publicación en cuatro partes (números 6, 7, 8 y 9) de la novela Sten, del escritor y guionista de TV
Allan Cole, en una traducción muy mejorable a cargo de Víctor Raggio, la
publicación del relato “Encuentro cercano del quinto tipo”, del escritor cubano
Yoss, y el “especial Alien” del número 8, que incluye un excelente relato de
Roberto Bayeto ambientado en el universo de la saga comenzada por la mítica
película de Ridley Scott. También vale la pena el artículo de Raggio sobre cine
de ciencia ficción reciente en el número nueve.
El número 10 incluye, en la sección “La
mancha voraz”, dedicada al cine de ciencia ficción, un listado de las mejores
diez películas del género, a cargo de Víctor Raggio; las elegidas son, en
general, indiscutibles: 2001, Blade
Runner, Solaris, Alien, Stalker, The Matrix, Terminator, El planeta de los
simios, y El origen (Inception). Encontramos
también “The Working Dead”, una parodia de la serie The Walking Dead a cargo de Roberto Bayeto (guión) y Andrés Trías
(arte), bastante graciosa por momentos, “Sten y los errantes de las estrellas”,
un excelente cuento de Allan Cole lamentablemente malogrado por la traducción,
y la sección “Átomos dispersos”, que incluye un interesante cuento breve de
Pastrana, quizá el único escritor local de ciencia ficción dura. Lo más flojo
del número está en los cuentos “Prohibidos los mantras”, de Pablo Rodríguez
(atribuido erróneamente en el índice a Pablo Dobrinin), y “Las sobras”, de
Claudio Pastrana, a la vez que lo mejor es, sin lugar a dudas, el cuento “Un
Boeing 767 cayendo en giros lentos”, de Bayeto, bellamente ilustrado por
Alejandro Figueroa. Como en otros trabajos de su autor (en particular “La
muñeca de Marte”, acaso su mejor trabajo, publicado en su primera versión en el
número 3 de Diaspar) la narración
está dominada por un clima onírico fascinante a la vez que ofrece un mundo
fantástico o maravilloso (en este caso parece haber sucedido un “fin del mundo”
y los aviones caen del cielo lentamente, “disfrutando de la propia lucha hasta
que cada segundo se transforme en diez mil años”) sobre el que se opone la vida
cotidiana y gris del protagonista.
Vale la pena descargar y leer Diaspar, y vale la pena apostar por su
proyecto. Hay, por supuesto, mucho que mejorar (detalles de diagramación, por
ejemplo), pero no sólo está claro el progreso de la revista desde su primer
número (digital o en papel) hasta el último sino que, para tratarse de una
publicación gratuita e independiente –que no paga a sus colaboradores y se
apoya únicamente en la voluntad de hacer de un grupo de creadores que debe
ganarse la vida por otros medios–, Diaspar
impacta como una revista viva, como una propuesta que seguirá adelante a
pesar de las dificultades. En un medio cultural donde la ciencia ficción sigue
siendo una especie de criatura extraña e incómoda, en una escena literaria
donde impera el sentido común y el horror a arriesgarse, la propuesta de Bayeto
y compañía –desprolija, enérgica y pujante– sobresale y demanda atención.
Publicado en La Diaria el 10 de enero de 2014
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