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Mostrando entradas de 2018

Mil de fiebre, Juan Andrés Ferreira

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Fiebre al máximo Maximizar, minimizar. Hay fundamentalmente dos maneras de entender el “maximalismo”. La primera, como una categoría metahistórica: el maximalismo en tanto despliegue (o radicalización, o llevada al extremo) de potencialidades inherentes a la narrativa, pasible de emerger en cualquier contexto histórico. Ejemplos: Tristram Shandy, Moby Dick, Ulises, Troya blanda, 2666 . La segunda, como una categoría estrictamente histórica: el maximalismo en tanto rechazo o reacción al modo minimalista (“menos es más”) que, cabe argumentar, pareció imperar en momentos determinados de determinadas tradiciones literarias (la estadounidense en los ochenta, por ejemplo). Ejemplos: Submundo, La broma infinita. Pulpos gigantes. Por una definición: en The maximalist novel, Stefano Ercolino propone una serie de características clave para la novela maximalista: 1) longitud; 2) enciclopedismo; 3) coralidad disonante; 4) exuberancia diegética; 5) completitud; 6) omnisciencia narrativa

Hágase usted mismo, Enzo Maqueira

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El infierno y las otras historias       Hágase a usted mismo , la nueva novela de Enzo Maqueira, parece engañosamente simple. Desde su trama, al menos: un aspirante a cineasta deja atrás una relación de pareja y se refugia en una remota casa familiar en la Patagonia. Allí lidiará con los recuerdos de sus abuelos y con un presente extraño y tenue que parece escupido por el tiempo. Poco a poco esa tarea va volviéndose más difícil: finalmente las cosas se complican demasiado . Relato de un hombre en problemas. El muchachito que vivía al final de la cuadra. Aventuras por paisajes en miniatura. Pero hay más. De hecho, las brevísimas e intensas 118 páginas de la novela se despliegan y desarticulan pacientemente para el lector, como si más que una novela esta fuese un striptease o la grabación en reversa de la construcción de un hermoso diorama. Como se nos aparecen los personajes con los que se encuentra el protagonista, hay algo fantasmal en la velocidad a la que parece posibl

Inventar el futuro, Nick Srnicek y Alex Williams

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Donde vamos no necesitamos caminos Nick Srnicek y Alex Williams publicaron en 2013 su “Manifiesto por una política aceleracionista”, que ahora puede leerse en inglés en muchos sitios de la web y, en español, en el libro Aceleracionismo, publicado a fines de 2017 por la editorial argentina Caja Negra. La idea básica, y que hacía al llamador de atención más notorio del título, venía de algunos escritos (“Meltdown”, “Circuitries”, etc) publicados por el filósofo inglés Nick Land en los noventa, que seguían, desarrollaban y expandían drásticamente una idea de Deleuze y Guattari en El Anti-Edipo: para decirlo así nomás, que es posible superar al capitalismo acelerando sus procesos. En la versión landiana, que ahora podemos llamar aceleracionismo clásico , hay un énfasis en el colapso de la subjetividad que la cultura occidental ilustrada ha dado por llamar “humana”: “nada humano saldrá con vida del futuro”, leemos en varios de sus textos, que cruzan ciberpunk con esquizoanálisis, H.

Contacto, Carl Sagan

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Loving the alien. Extraterrestres: hay para todos los gustos. Están los que hablan en inglés con acento extranjero, incluso en sus propias naves cuando no hay humanos cerca, y de vez en cuando incluyen en su habla una palabreja que suena gutural o exótica: klakhnakh, h’nik*tt, cosas así. Y hay extraterrestres belicosos y beligerantes, hay extraterrestres comerciantes y usureros, hay extraterrestres coleccionistas, hay extraterrestres lógicos, fríos y perfectamente racionales, con su ADN –o lo que sea que usan de sustancia replicadora– fusionado con el código de la lógica aristotélica. Lo inefable. Otros extraterrestres: océanos que se comportan como si tuvieran conciencia e inteligencia. Enjambres o colmenas colonizadoras habitadas por especies diversas, comensales, parásitos, simbiontes, inteligentes pero no conscientes. Entidades intraterrestres o intraplanetarias que encarnan procesos no subjetivos, nubes de gas interestelar, planetas completos de mente/colmena. La galaxia

Applied Ballardianism, Simon Sellars (reseña en inglés)

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The Ballardian Desert Ballardian times . In Mark Fisher’s books, Capitalist Realism and Ghosts of My Life , and in Simon Reynolds’ Retromania , it is proposed that late capitalism has exhausted the future. For the last examples of meaningful cultural theory concerning the future, we must return to the late 90s and stand-out texts such as Kodwo Eshun’s More Brilliant than the Sun (although we might consider The Matrix , too, with its "peak of human civilisation" stuck in 1999). For much of the mainstream, and as a more-or-less general description of the 21 st century’s globalised culture, the future has dissolved into an ineffable present, and the past has become a theme park – as in Stranger Things . And the most curious thing: none of this is surprising, because forty years ago J.G. Ballard made that idea the core of his work. At first, he did it in a catastrophic or post-apocalyptic way (as in his early novels The Drowned World , The Drought and The Crystal

Applied Ballardianism, Simon Sellars (reseña en español)

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El desierto ballardiano Por los tiempos de J.G.Ballard. Tanto Realismo Capitalista y Los fantasmas de mi vida, de Mark Fisher, como Retromania , de Simon Reynolds, ensayan variaciones sobre el tema del agotamiento del futuro en el capitalismo tardío. Habría que retroceder hasta 1997, 98 o 99 (y quizás Matrix , con su “pico de la civilización humana” clavado en 1999 fue una buena pista en su momento) para encontrar los últimos ejemplos de teoría cultural tan deslumbrante como preocupada por el futuro, y ahí sobresale, qué duda cabe, Más brillante que el sol, de Kodwo Eshun, con sus interés en reescritura posible de la historia de la música orientada hacia adelante . Es posible, por otro lado, que haya que pensar en contextos como el afrofuturismo (incluso en su variante pop wakandista) para encontrar cierta progenie de ya no tanto las ideas como el clima o la atmósfera conceptual y reflexiva de los textos de Eshun; sin embargo, para buena parte del mainstream y a modo de

Bogotá 39, varios autores

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El vértigo de las listas Vamos a empezar por lo más fácil. El mecanismo por el que fueron generados la lista de autores y el consiguiente libro Bogotá 39 (que acá en Uruguay publica Estuario Editora) queda detallado en la solapa del libro: los autores de la primera edición de la lista (2007) recomendaron escritores más jóvenes que ellos a los organizadores del asunto; después, estos mismos organizadores convocaron editoriales, críticos y gestores culturales a lo largo de Latinoamérica para que, a su vez, propusieran más escritores. Después, un jurado compuesto por Leila Guerrero (Argentina), Darío Jaramillo (Colombia) y Carmen Boullosa (México) leyó el material enviado por los escritores y armó la selección definitiva de 39 textos. El resultado de esta operación puede ser desglosado por países (México es el más representado, con siete escritores, seguido por Argentina y Colombia con seis, Chile con cuatro, Perú con tres, Brasil, Ecuador y Uruguay con dos y Venezuela, Repú