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Mostrando las entradas etiquetadas como Felipe Polleri

Los animales de Montevideo, Felipe Polleri

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Una menos Una de las particularidades de la obra narrativa de Felipe Polleri es su carácter iterativo o recursivo. Cada libro puede pensarse no sólo como una variación más sobre ciertos temas sino, además, como una manera de recomenzar la obra, como si quedara habilitada una lectura posible en la que todas las novelas precedentes pudieran ser descartadas y la más reciente se ofreciera como una suerte de “versión definitiva” del conjunto. Esto, a veces, resulta especialmente satisfactorio: es el caso de ¡Alemania, Alemania! , que por momentos parece la versión en HD de la película que antes habíamos visto en mera calidad DVD (o VHS); en otros, la “última destilación” de la serie de sustancias que hacen a la obra de Polleri resulta de menor calidad y termina generando el efecto –un poco incómodo– de restar más que sumar. Es el caso de Los animales de Montevideo, la más reciente de sus novelas. Sin embargo, el libro ofrece al menos dos focos de atención. El primero pasa por ...

¡Alemania, Alemania!, Felipe Polleri

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Pautas para Polleri Quizá valga la pena decir, como punto de partida, que la literatura de Felipe Polleri es o parece ser (o juega a ser o a presentarse como) algo parecido a un género.    Una manera en que semejante afirmación podría dar paso a una reflexión interesante pasa por pensar que los géneros pautan un acuerdo con el lector, que le ofrecen una ecuación balanceada entre reiterar ciertas pautas consagradas y ensayar cierta novedad, que le dan al lector lo que el lector sabe que puede encontrar y que, de hecho, desea encontrar, que, también, la historia de un género determinado es también la de sus hitos, la de aquellas propuestas que han reformulado las reglas o tensado sus límites. Pensados desde estas coordenadas, los libros de Polleri resultan, sí, más o menos siempre iguales a sí mismos, siempre capaces de dar al lector –a los lectores y fans de Polleri– aquello que están esperando y que desean encontrar, a la vez que, de vez en cuando (Polleri, despu...

Hotel París, Sonia Calcagno; Todos los cuentos, Felipe Polleri

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Relatos que irrumpen Irrupciones Grupo Editor rompió una temporada de inactividad con dos libros aparecidos en los últimos meses: Hotel París, nouvelle de Sonia Calcagno acompañada de una (o mejor dicho dos) selecciones de relatos (cuya extensión sumada es superior en número de páginas a la de la nouvelle), y Todos los cuentos, que recopila la obra breve de Felipe Polleri. Esta editorial, dirigida por el escritor y editor Gabriel Sosa, ha apostado consistentemente por los libros de relatos: con la excepción de las novelas Noviembre, de Daniel Mella, Bicicletas negras , de Carlos María Domínguez, y Sex Shop no es pecado , de Mariana Casares, el catálogo de la editorial –al menos en “Excéntricos”, su colección más nutrida– está dedicado a las ficciones breves (y al Manual de Parapsicología , de Levrero, que es una ficción fascinante pero no breve). Se trata, es sabido, de un formato proverbialmente descuidado por las editoriales, por lo que el gesto de convertirlo en la colu...

Los sillones marchitos, Felipe Polleri

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Los ataques de Polleri “Polleri otra vez al ataque”, leemos en la contraportada de Los sillones marchitos , la última novela del autor de La inocencia y Gran ensayo sobre Baudelaire . La oración comporta, evidentemente, que los lectores entendemos que Polleri ya ha atacado antes: hay implicada, entonces, una caracterización de la obra del escritor, de su perfil, de su pose; “describe (…) degradantes costumbres con una prosa furiosa y burlona, donde la sociedad de consumo y la lumpen burguesía son los blancos”, leemos en la misma contraportada, justo antes del “Polleri al ataque”. Eso, se nos propone, es lo que de alguna manera traza un contorno para la obra de Felipe Polleri: podemos esperar eso siempre: por ahí andan los “ataques”. Pasando las ventiladas 94 páginas de la brevísima novela el lector de Polleri sin duda ya ha encontrado lo que espera al meterse en sus libros. En ese sentido, Los sillones marchitos no desilusiona; es, de hecho, un aporte valioso a la bib...

Felipe Polleri, El Pincel y el Cuchillo

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Polarizado Polleri El texto de contraportada de la nueva novela de Felipe Polleri comienza diciendo “como es habitual en las novelas de Polleri, El pincel y el cuchillo trata de un artista que vive en contra de todo y de todos”. Vale la pena detenerse en lo que encontramos a la izquierda de la coma: esa apelación a la obra previa de Polleri y el uso del término “habitual”. Según el diccionario de la Real Academia, “habitual” quiere decir “Q ue se hace, padece o posee con continuación o por hábito”;   es interesante, entonces, pensar la obra de Poleri en el campo de significados que esta definición inaugura: el padecimiento (los narradores sufren, el autor sufre las novelas, las novelas son la enfermedad del autor), la posesión (se posee una obra, se es poseído por los espíritus que convoca esa obra), la continuación (as obras se continúan unas en otras para formar un todo que las pone en relación y les otorga su lugar y su valor, como hace el Campo de Higgs con las partículas ...