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Mostrando entradas de junio, 2016

"El inmortal" y otros textos, Jorge Luis Borges

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Procedimientos   Tengo para mí –y no creo estar diciendo algo especialmente original– que El factor Borges, de Alan Pauls, está entre los mejores libros jamás escritos sobre la obra de Jorge Luis Borges. Y de sus nueve ensayos o capítulos vale siempre la pena volver al séptimo, “Segunda mano”, donde Pauls moviliza la noción de “manipular contextos” como un elemento esencial de la escritura de Borges.    Comienza recordando una reseña especialmente negativa que le infligiera un tal Ramón Doll a Discusión, el libro de 1933; el crítico señala que los textos de Borges allí recogidos “pertenecen a ese género de literatura parasitaria que consiste en repetir mal, cosas que otros han dicho bien; o en dar por inédito a Don Quijote de la Mancha y Martín Fierro , e imprimir de esas obras páginas enteras”. Es bastante certero, “nítido” dice Pauls, y basta con haber recorrido más o menos atentamente la obra de Borges para ver de qué manera retorcida el crítico dio en el clavo. Borg

Ruido Blanco 4, varios autores

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Haciendo ruido En los noventas las cosas estaban claras. Los que escribíamos ciencia ficción y fantasía desde la militancia del género sabíamos que el realismo gris a la Benedetti y la novela histórica de moda eran zombis literarios: la verdadera vida estaba en la ciencia ficción, en la fantasía, en el ciberpunk, en la ficción weird . Después las cosas se complicaron. Quienes habíamos querido animar un Movimiento Uruguayo de Ciencia Ficción y Fantasía, con su correspondiente órbita de revistas, fanzines y convenciones, terminamos descubriendo que no habíamos visto bien el panorama, que en realidad no sabíamos cómo sacar adelante una empresa cultural, que probablemente habría siempre algo esencialmente refractario a la ciencia ficción y la fantasía en el ambiente cultural uruguayo –los lectores del género, después de todo, podían gastar cientos de pesos en libros de Tolkien y Asimov pero miraban siempre con desconfianza algo hecho en Uruguay, porque podía ser marcianitos tomand

Orgullo y prejuicio y zombis, Seth Grahame-Smith, y otros mashups

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El canon y los monstruos   El término mashup (o mash-up ) alude a una composición musical en la que son reunidas dos canciones. Por ejemplo, puede tratarse de la base instrumental de una y la melodía de otra, o incluso las estrofas de una y el estribillo de otra, como en la excelente versión de “Lovesong” (de The Cure) masheada con “Diary of a Madman” (de Ozzy Osborne) que tocara en vivo la banda A Perfect Circle durante los dosmiles. A su vez, el procedimiento –o género– puede ser llevado a la literatura, y bajo ese procedimiento (o género) fue leída en su momento la novela Pride and Prejudice and Zombies ( Orgullo y prejuicio y zombis ), del estadounidense Seth Grahame-Smith (1976).   Los elementos a combinar están enunciados claramente en el título. Tenemos por un lado la novela de Jane Austen (publicada en 1813) y, por otro, el género o subgénero narrativo de las ficciones con zombis. Es decir: no se trata de dos obras literarias combinadas (como pasaría en la ver

Oona y Salinger, Frédéric Beigbeder

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Detalles sórdidos a continuación En 1942 Salinger salió unas cuantas veces con Oona O’Neill, la hija del dramaturgo. Al mismo tiempo le escribió a Oona unas cuantas cartas, trabajó en un crucero, empezó a publicar cuentos en The New Yorker y, finalmente, fue reclutado para combatir en la Segunda Guerra Mundial. Estuvo activo durante el Día-D, la Batalla de las Ardenas y la Batalla del Bosque de Hürtgen, y por esas mismas fechas conoció a Ernest Hemingway, entonces corresponsal de guerra. Después de ser asignado a contrainteligencia e interrogar a   unos cuantos prisioneros, y de estar entre los primeros que entraron al complejo de campos de concentración de Dachau, Salinger volvió a Estados Unidos recién en 1946, tras trabajar en la desnazificación y pasar un tiempo en un hospital psiquiátrico, aquejado de fatiga de combate severa. A fines de la década descubrió el budismo y publicó, entre otros textos, el inolvidable “Un día perfecto para el pez banana”. Oona, mientras tanto, l

La vida sexual de las gemelas siamesas, Irvine Welsh

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Hermanas de la grasa La receta para La vida sexual de las gemelas siamesas, la última novela de Irvine Welsh, salta a la vista. Y demasiado claramente. También lo hace, hay que decirlo, la ejecución sólida y rendidora. Y entre lo formulaico y lo efectivo , entre el cliché novelístico y el entretenimiento bastante bien hecho, es que cabe ubicar este libro lleno de mierda, sudor y saliva, tan pensado para shockear como más o menos todo lo que ha escrito hasta la fecha este escocés de 59 años.    Podemos mirar Skagboys, la novela que Welsh publicó en 2012 (2014 en castellano); allí tenemos unas buenas 667 páginas con más de una docena de personajes relevantes, otros tantos puntos de vista narrativos, voces claramente diferenciadas, enciclopedismo histórico y unas cuantas estrategias del arsenal de las novelas largas y con pretensiones de totales (está claro que Welsh quiso ofrecer con este precuela de Trainspotting un retrato del Reino Unido a fines de la década de 197