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Eldor, Pedro Peña

Finalmente, un mundo. 1 A ningún crítico le gustaría ser recordado en las historias de la literatura –en una nota a pie de página, digamos– como aquel que no vio la genialidad de fulano. No son pocos los casos, precisamente, de quienes han tenido la mala suerte de ser incapaces de apreciar en su momento a autores u obras que los años terminaron por empujar hacia lugares más elevados y luminosos. Ciertas lecturas adversas de la obra de Felisberto Hernández son un buen ejemplo y también se suele recordar que André Gide no recomendó a Gallimard la publicación de Por el camino de Swan, basándose en que la página 62 –en la que había abierto al azar el manuscrito– era tan aburrida que contenía apenas la descripción de una taza de té. No hay que culpar a los críticos por ser cuidadosos; la profesión es lo suficientemente ingrata como para hacer crecer ya no lilas de la tierra muerta sino más bien resentimientos y escrúpulos neuróticos, así que mejor cuidarse, no vaya a ser que a l...

El libro de los mitos, Pedro Peña

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Terror en el bosque En pocos narradores uruguayos recientes es dable discernir un proyecto narrativo o una personalidad apreciable o definida, más allá de la usual maraña de escrúpulos, automatismos e influencias éticas y estéticas (Levrero, Onetti y algunos más). En el caso de Agustín Acevedo Kanopa, por ejemplo, él mismo se ha encargado de señalar un posible “método” en su escritura (registrar escenas, diálogos, epifanías y después hilvanarlos en relatos que escapan a la estructura clásica del cuento), confiriendo así importancia al “proceso” a la par del “producto” –un gesto para nada común entre la gran mayoría de sus compañeros de “generación”, Horacio Cavallo, Carolina Bello y Martín Bentancor por nombrar unos pocos. La atención a los géneros narrativos, por otra parte, distingue la escritura de Rodolfo Santullo, una obra en proceso –tanto en historieta como en narrativa– tan profusa como consistente.   Sin embargo, es quizá en el trabajo de Pedro Peña don...

La noche que no se repite, Pedro Peña

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Volver a la noche Las novelas Tampoco es el fin del mundo (2012) y A veces tarda, casi nunca llega (2014) terminaron de consolidar a Pedro Peña como uno de los más prolíficos e interesantes escritores de la narrativa uruguaya reciente. Buena parte de su producción, además –por no decir toda- puede ser leída en relación a géneros como el policial, la ciencia ficción y la fantasía, y es, junto a Rodolfo Santullo, el más relevante de los cultores del policial y la novela negra en nuestro país. El proyecto de Peña incluye, entonces, lecturas atentas de sus géneros favoritos, una considerable apuesta por la hibridación y la expansión de límites (está clarísimo en el caso de Mito, que incorpora tanto ciencia ficción creadora de mundos como fantasía y trabajo sobre mitologías diversas), una búsqueda de expresividad que va refinándose notoriamente en la serie de sus novelas hasta la fecha (desde Eldor, de 2006, hasta las novelas citadas al principio de este párrafo es muy fácil ver la...