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Mostrando entradas de julio, 2015

El niño 44, Tom Rob Smith

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Archipiélago Chikatilo En abril de 1992 Andrei Chikatilo (1936-1994) confesó haber violado, asesinado y mutilado a 56 mujeres y niños entre 1978 y 1990, mayoritariamente en el óblast de Rostov, parte de la actual Federación Rusa. Entre las muchas historias que se contaron acerca del más célebre asesino en serie de la era soviética está la de su infancia en Yabluchne, en la República Socialista Soviética de Ucrania, donde los trabajadores de las granjas colectivas estuvieron al borde de la hambruna en virtud de las políticas económicas del estalinismo. Aparentemente, entonces, Chikatilo habría oído de su madre el relato de cómo el primogénito de la familia había sido raptado y devorado por los vecinos. El niño 44 , la primera novela del novelista inglés Tom Rob Smith (Londres, 1979), publicada en 2008, arranca con una recreación de esa historia. Hay un niño llamado Pavel, que tiene un hermanito menor llamado Andrei; ambos salen a la nieve en busca de un gato escapado –p

Gustavo Escanlar, La Alemana

Para tipos que no duermen por la noche En su prólogo al compilado de cuentos Grandes éxitos, un cuento y una despedida, editado por Criatura Editora en 2013, el escritor y periodista argentino Serguio Olguín sostiene que “antes de comenzar a leer a Gustavo Escanlar hay que olvidarse de lo que se conoce de él: de sus apariciones en televisión, de sus opiniones sobre la cultura uruguaya, de sus peleas mediáticas, de la furia que le despertaba la estupidez y de la furia de los bienpensantes. Olvidarse del personaje Escanlar… “ (p.7) Hacerlo, naturalmente, lleva implicada una postura ante la obra del autor de Estokolmo y la literatura en general, una suerte de principio por el cual la literatura –aunque es cierto que Olguín no habla estrictamente de “comenzar a leer la literatura de Gustavo Escanlar”- debe  entenderse en oposición al o al margen del “personaje” y a ciertos actos o elementos de un perfil de intelectual, comunicador y figura pública. La “literaturización” de Escan

Felisberto Hernández - vida y obra, José Pedro Díaz, y Felisberto Hernández - obra incompleta, Oscar Brando (comp)

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Zonas en obras Hace poco la editorial argentina El Cuenco de Plata anunció sus planes de publicar las Obras completas de Felisberto Hernández, en tres volúmenes. Por el momento no hay datos en cuanto a una fecha concreta de aparición de estos libros, pero, hasta entonces, los devotos de Felisberto tenemos con qué entretenernos. Para empezar, la misma editorial El Cuenco de Plata reeditó en mayo Felisberto Hernández, vida y obra , el imprescindible trabajo de José Pedro Díaz publicado originalmente hace quince años. Podemos pensarlo, por un lado, como el compendio de las lecturas e indagaciones de Díaz sobre su admirado Felisberto, y, también, como el texto más abarcador y ambicioso disponible por el momento. Esto no quiere decir que, con todas sus virtudes y sus méritos, esté libre de defectos. Así, quizá la sección menos satisfactoria sea la biográfica, que se siente fragmentaria y demasiado dependiente de cierto conocimiento previo, a la vez que poco fluida en tanto r

El malestar del presente, Fernando Pessoa

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El anticristo pagano En su artículo “Joyce, modernism, and postmodernism” (“Joyce, modernismo y posmodernismo”, recogido en The Cambridge Companion to James Joyce ), el académico estadounidense Christopher Butler habla del combo “neopaganismo, libertinaje e impiedad” popular entre los poetas de los primeros años del siglo XX y asociado a la “transvaloración de todos los valores” nietzscheana. Es un hecho, por cierto, que la literatura de comienzos del siglo pasado bebió de nuevas y renovadas y reinventadas doctrinas esotéricas como la de la Golden Dawn (una logia neopagana inglesa), la teosofía y el espiritismo; la modernidad, entonces, con su costado cientificista y progresista, también tuvo su lado más bien “oscuro” o incluso “oscurantista”. En el ensayo de Butler el asunto funciona como marco a la juventud de Joyce y sus primeras armas en la literatura, pero también, para lo que nos interesa acá, podemos trasladarlo a la figura de Fernando Pessoa (1888-1935).   De

Cosecha Roja: update

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Hace casi un año publiqué en La Diaria un artículo sobre la colección de ficción de crímene s (o novela policial, o novela negra) Cosecha Roja, de Estuario Editora. En ese momento la cuenta de libros llegaba hasta 15, con A veces tarda, casi nunca llega, de Pedro Peña. Hasta la fecha son dos las adiciones, y por eso empezamos el repaso updateado con... 17. La noche que no se repite , Pedro Peña. Peña es el autor más publicado en la colección, con la importante cuenta de cinco títulos. La noche... no es la mejor de sus novelas en Cosecha Roja, pero tampoco la peor, ni de Pedro ni de la colección. Es, en mi opinión, una novela ágil y fresca. Está llena de pequeños defectos o ingenuidades, pero también es más que apreciable su empuje, su fuerza. Mi reseña se pude leer acá . 16. Los trabajos del amor , Damián González Bertolino. Sin duda una de las mejores novelas de la colección. DGB cuenta esta historia de unos críminales de poca monta que deben llevar un cadáver a un apartamento e

La Aurora: quisiera creer

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Salto, 4 de febrero de 1976. Las obras de la represa de Salto Grande llevan casi dos años de comenzadas, aunque todavía falta bastante para que el paisaje de la zona quede dramáticamente alterado por el embalse principal. Es un poco temprano para la salida del sol, pero un resplandor empieza a iluminar el horizonte. En el lugar equivocado, eso sí, porque las luces se ven hacia el sur de la ciudad, no hacia el este. Los madrugadores se preguntan de qué se trata y no falta quien postule la posibilidad de un incendio.    Poco después, a las seis de la mañana, comienza el programa radial Palpitar de Salto Grande , producido por un equipo de periodistas locales. Y pronto empiezan a llegar llamadas telefónicas   de radioescuchas preocupados. ¿Qué era ese resplandor?, preguntan, ¿fue un incendio? Los productores consultan con los bomberos de la ciudad; no, les responden, no recibimos ninguna denuncia de fuego. ¿Qué pasó, entonces?  El programa sigue adelante. Podemos imaginar que s