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Mostrando entradas de abril, 2018

Connerland, Laura Fernández

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La broma limitada Una reflexioncita a modo de arranque: qué cosa más complicada puede llegar a ser una contraportada. La de Connerland, por ejemplo, última novela de la española Laura Fernández (Tarrasa, Barcelona, 1981), hace al menos tres cosas y ninguna funciona bien o a favor del libro. Primero, ofrece un símil caricaturizado del estilo a encontrar, pero sucede que los trucos expresivos allí representados son más o menos los únicos , como si la caricatura se pareciera tanto a la realidad que, después, su reiteración se vuelve monótona. Segundo, dice todo lo que cabe pensar como interesante del argumento y no deja casi sorpresa alguna, incluyendo algo que es adelantado a modo de símil o analogía y que al final es hasta cierto punto literal en la trama. Y tercero, invoca los nombres de Kurt Vonnegut y Thomas Pynchon de tal manera que es inevitable leer la novela desde ese prisma de influencias. Y si bien es cierto que no hay en Fernández nada de esa tontería de la “an

Escenas del delito americano, Indio Solari, Serafín, M.Santellán

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Marines y mandarines Los fans de Carlos Alberto “Indio” Solari (Paraná, Entre Rios, Argentina, 1949), y/o de Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota, seguramente recordarán historias sobre cierto proyecto narrativo ( El delito americano ) tramado por Solari, cuya concepción se remontaba al pasado más mítico de la banda. No es este el lugar para hablar en extenso de la lírica solariana, pero sí que el concebible valor digamos literario de sus letras fue siempre parte del abundante capital simbólico y el aura de los Redondos. Y eso, qué duda cabe, extrapolado no sólo a una novela o un libro vastísimo y postergado (y acaso por tanto trabajado cuidadosa, minuciosamente) sino a un más general proyecto que se vuelve signo o cifra de una personalidad ética, estética e ideológica, acapara (como una estrella en formación) más y más materia, más y más capital simbólico, más brillo potencial. Pasó, entonces, que Solari optó por avanzar un fragmento de ese proyecto . ¿Se acuerdan de

Aceleracionismo, varios autores

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El futuro pasó (pero volverá) ¿Qué es el aceleracionismo? La pregunta queda respondida en los artículos compilados por Armen Avanessian y Mauro Reis (quien, además, tradujo los textos) bajo el título Aceleracionsmo, estrategias para una transición hacia el postcapitalismo, libro publicado a fines del año pasado por la editorial argentina Caja Negra. Más allá de los precursores Marx (“Fragmento sobre las máquinas” y “Discurso sobre el libre intercambio”) y Deleuze & Guattari (en El anti Edipo ), el aceleracionismo en su forma clásica eclosiona en los escritos fundacionales   de Nick Land, hacia la década de 1990. El libro que nos ocupa, entonces, incluye el fundacional “Colapso” (“Meltdown”), de 1994, y también el más reciente “Crítica del miserabilismo trascendental”, de 2007. Entre los dos –especialmente en el primero– queda formulada la perspectiva landiana del aceleracionismo, en la que se fusionan y funden la crisis del humanismo y de la izquierda en el capitalismo