Leviatán o la ballena, Philip Hoare
A la luz de las ballenas En su novela Y mañana serán clones , clásico (menor, pero clásico al fin) de la ciencia ficción de la segunda mitad del siglo pasado, John Varley imagina un futuro en que unos extraños invasores alienígenas expulsan a los humanos de la Tierra y los obligan a vivir precariamente en estaciones orbitales y en colonias en Marte, Venus y los satélites de Júpiter y Saturno. A la vez, estos invasores acondicionan la Tierra para que las verdaderas criaturas inteligentes que la habitan puedan sentirse a sus anchas. Pero entonces, ¿quiénes son estos nuevos amos del mundo, cuya inteligencia sería más valiosa –para los invasores, claro está– que la nuestra, la humana? La respuesta es simple: los cetáceos. Las ballenas, las orcas, los delfines… No es el único ejemplo cienciaficcionero de relatos sobre la inteligencia de estos mamíferos (hay algo similar en otro texto ineludible más reciente, Hiperión , de Dan Simmons), pero sí acaso uno de los más