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Mostrando entradas de diciembre, 2015

Los animales de Montevideo, Felipe Polleri

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Una menos Una de las particularidades de la obra narrativa de Felipe Polleri es su carácter iterativo o recursivo. Cada libro puede pensarse no sólo como una variación más sobre ciertos temas sino, además, como una manera de recomenzar la obra, como si quedara habilitada una lectura posible en la que todas las novelas precedentes pudieran ser descartadas y la más reciente se ofreciera como una suerte de “versión definitiva” del conjunto. Esto, a veces, resulta especialmente satisfactorio: es el caso de ¡Alemania, Alemania! , que por momentos parece la versión en HD de la película que antes habíamos visto en mera calidad DVD (o VHS); en otros, la “última destilación” de la serie de sustancias que hacen a la obra de Polleri resulta de menor calidad y termina generando el efecto –un poco incómodo– de restar más que sumar. Es el caso de Los animales de Montevideo, la más reciente de sus novelas. Sin embargo, el libro ofrece al menos dos focos de atención. El primero pasa por

El perro de Fogwill, Mario Bellatin

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Entender al monstruo   La palabra “monstruo” está al principio y al final de El perro de Fogwill, el último libro de Mario Bellatin editado en Montevideo, y entre esas dos apariciones (p.7 y p.99, segunda y penúltima) acaso pueda trazarse una línea de lectura que una los tantos puntos y trace algo parecido a una figura, a una constelación. Se trata, en cualquier caso, de un libro enigmático, inquietante, incluso ominoso por momentos: si hubiera que proponerle una “trama” básica cabría señalar que se habla de un encuentro con Fogwill en un restaurante de Buenos Aires (en el que el narrador –un Mario Bellatin ficcional, digamos– y el gran escritor argentino devoran “trozos de la misma res” en “un asqueroso rito”, p.64) y que pronto al narrador se le ofrece un saluki, una variedad de lebrel también conocida como “perro real de Egipto” y que aparece representada en documentos con una antigüedad de más de 6000 años. Pronto se nos habla del regalo de un muerto (Fogwill murió cinco

La ley del menor, Ian McEwan

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En clave menor Hay que admitirle a Ian McEwan (y aplaudirle, dirán unos cuantos) que sabe escribir novelas. En La ley del menor, publicada originalmente en 2014 y este año en la traducción castellana de Anagrama, es fácil ver un mecanismo que funciona aceitadamente, una evidente maestría en el arte de contar y diseñar personajes, y por eso, leída desde esa perspectiva, asumiendo la “trama bien construida” y los “personajes con carnadura humana” como valores esenciales de la narrativa, poco habría que reprocharle al inglés. O quizá no sea tan así. Hay cierta sensación de facilidad (o facilismo) en la historia de una jueza que falla (en la mitad exacta de la novela) en relación a un caso de transfusión requerida por un testigo de Jehová menor de edad; no voy a revelar detalles clave del argumento, naturalmente, pero sí vale la pena señalar que ese asunto básico, cuyo antes y después hace simétricamente a las 210 páginas de la novela, fue percibido probablemente como insuf

Houellebecq economista, Bernard Maris

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Acordarse de los economistas Bernard Maris (1948-2015) publicó Houellebecq economista en 2014 ( Houellebecq économiste es el título original, de Antonio-Prometeo Moya la traducción propuesta este año por Anagrama) y murió al año siguiente, víctima del atentado contra la revista Charlie Hebdo. Maris fue economista, novelista y periodista, y escribió para publicaciones como Le Monde y Le Figaro Magazine, además de para la ya mencionada Charlie Hebdo, de la que fue fundador y colaborador bajo el pseudónimo “Oncle Bernard”. El libro, según nos cuenta su autor, fue inspirado por la lectura de El mapa y el territorio , entonces el último libro de Houellebecq, y repasa las otras novelas pensando en retrospectiva o, mejor dicho, proponiendo líneas de lectura que toman como punto de partida algunos elementos de El mapa… Esas líneas van construyendo una serie de posturas o actitudes de Houellebecq ante la economía en tanto ciencia (o pseudociencia, según Maris) y atendiendo

Patrick Modiano, Ropero de la infancia

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Mi fiel fantasma Patrick Modiano publicó Vestiaire de l’enfance en 1989, y al año siguiente apareció la primera traducción al español, El rincón de los niños, por la editorial Alfaguara. Ahora, veinticinco años después, Anagrama “rescata” la novela y propone una nueva traducción, titulada Ropero de la infancia . No hay mayores sorpresas para los fans del francés: acá están el estilo cuidado, delicado, hecho de detalles y omisiones, la trama policial oculta, invertida o cifrada por las ausencias (como en La hierba de las noches , publicado hace poco también por Anagrama), los personajes enigmáticos y los procedimientos prousteanos: párrafos que reportan un pasado en el que se recordó un tiempo todavía anterior y que remiten –como espejos, como signos– a un presente de angustia, soledad o desolación. A la vez, hay cierta cualidad ballardiana en Ropero de la infancia . En realidad no serviría para nada indagar si el francés leyó al inglés, pero lo cierto es que en esta n

M, Amir Hamed

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Letras y magia   Parece bastante atinado señalar que la escritura de Amir Hamed llegó a su madurez con las novelas Artigas Blues Band (1994) y Troya Blanda (1996), mientras el resto de la literatura uruguaya acusaba algo así como un “auge” de la narrativa de corte histórico. Las mencionadas novelas de Hamed –eminentemente “diferentes” a, por ejemplo, La fragata de las máscaras, de 1996, o a Una cinta ancha de bayeta colorada, de 1993– pueden ser leídas desde una relación diferente del escritor con los modos de representación del pasado, con la “historia” o “lo histórico”, y en ellas esa representación se vuelve visible, se tematiza y se critica dentro de la propia narrativa. Este gesto, sumado a la notoria performance virtuosística, convirtió a estas novelas en una suerte de barroquización –y de non plus ultra– de la narrativa histórica en Uruguay, y su aparición coincide, en líneas generales, con la declinación del subgénero o su desplazamiento del centro del mainstream local.

Desaparición de Susana Estévez, Hugo Fontana

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En negro y en gris   Basta un repaso rápido de todo lo publicado hasta la fecha por Estuario Editora en su colección Cosecha Roja para apreciar ciertas características comunes a la gran mayoría de estos libros. Una de ellas podría pensarse como cierta actitud compartida ante la ficción de género, de manera que con una o dos excepciones todos los libros de la colección son, por decirlo de alguna manera, producciones respetuosas de los códigos del género negro o policial. Dejando de lado el caso acaso más debatible de Los trabajos del amor, de Damián González Bertolino, los otros dieciséis libros (ya se verá por qué estamos dejando de lado por ahora Desaparición de Susana Estévez, el más reciente de la colección, un compilado de cuentos de Hugo Fontana) rehúyen la hibridación de géneros, se mantienen en territorios más o menos consabidos y no ofrecen sorpresas ni se arriesgan a despertar la suspicacia del lector más purista. Por ejemplo, en el caso de los trabajos de Rodolfo